Ya había
mencionado el trabajo de Sigismund Bacstrom en otra
entrada del blog. Hoy quiero compartir esta pequeña traducción de un
fragmento del Prefacio a la Antología Alquímica de este gran filósofo, editada
en 1960 por J.W. Hamilton-Jones. Básicamente es un comentario esclarecedor de
las materias o principios necesarios en la obra –la obra realizada con metales, claro.
El primer principio,
la base y cimiento del arte entero, es el oro –puro y común oro, sin ninguna ambigüedad
o doble significado. Este es “nuestro azufre”.
El segundo es el
Mercurio, no mercurio común (quicksilver), sino esa substancia a la que los
filósofos han dado el nombre de “Nuestro Mercurio”, “Nuestra Diana”, “Nuestra
Luna”, “Oro inmaduro”, y muchos otros nombres.
El tercero es lo
que llaman su “Fuego Secreto”, “Nuestra Agua mercurial”, “Agua disolvente”, “Fuego
contra Natura”, “Espíritu de Vida”, “La Luna”, “El Sacerdote”.
1 comentario:
Excelente, gracias
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