La Fuerza de la Vida




Aclaración

Sé que esta entrada puede causar polémica en muchos de nuestros lectores, pero en honor a la verdad, hay cosas que es justo que se sepan. Durante muchos años, hemos escuchado las más diversas historias acerca de las fabulosas propiedades del Mercurio de los Sabios, pero ciertamente, han sido muy pocas o ninguna; las pruebas veraces de dichas cualidades. Sobre todo porque su comprobación supone estar en posesión de una de las llaves de la alquimia, quizás, la más difícil de encontrar.

Tales milagros, obrados por el Agua de vidaEspíritu Universal o Spiritus Mundi como se ha popularizado hoy en día, van desde la creación del mitológico Humunculi, hasta la Palingenesia del reino vegetal y la Germinación acelerada.

Sobre esta última, hace algún tiempo comenzó a circular por la red y los foros de alquimia, un video y unas fotografías donde aparentemente se mostraba la germinación acelerada de un par de semillas dentro de un contenedor de cristal. Tal vídeo era sospechosamente extraño y resultó ser solo un burdo fraude más, que tenia por intención lucrar con el saber hermético. Un ejemplo claro del tema que tocábamos en una entrada anterior acerca de los Sopladores. Una breve investigación por parte de ciertos usuarios, terminó por desmentirlo totalmente. Ciertamente, nada alentador.

Pero entonces, ¿es real alguna de estas propiedades? Afirmarlo, desde mi punto de vista, puede ser una apuesta arriesgada. Por lo tanto, nos encontramos en una encrucijada donde la sola experiencia personal puede ofrecernos una respuesta veraz.

Los hechos

Paracelso, en su libro Botánica Oculta, nos da un par de recetas para fabricar un elixir u oro potable vegetal y una sal con la cual las semillas germinaran rápidamente:

“Se toma una onza de Marte y una onza de Venus; se maceran a 75 grados en un globo de vidrio grueso: se añade al caput mortuum verde o encarnado una cantidad de licor disolvente verdoso. Se destila durante largo tiempo; se vuelve a destilar hasta las heces por cinco o seis veces, de manera que no quede nada en el receptáculo. La evaporación se resolverá en una sal fija y roja. Si se ponen semillas en un cazo donde haya agua de esta y se añade un poco de dicha sal, las semillas germinaran rápidamente y nacerá un arbusto con hojas de reflejos dorados y frutos magníficos".

Cuando logré manifestar por primera vez el Espíritu Universal, me propuse –como meta personal- probar sus cualidades y comprobar o desmentir, las palabras de los antiguos. Debemos recordar que existen numerosos manuscritos que son copias, falsificaciones o bien, fueron escritos por estudiosos del arte que no llegaron a ser considerados Adeptos, y mucha de la confusión que existe en la alquimia, proviene de ellos, acompañada de una buena dosis de mitos propios que inventaron.

Una vez tuve en mis manos la materia, procedí a elegir el primer experimento y del cual hablaremos en esta entrada: La germinación acelerada. Para ello opté por utilizar semillas de tomate rojo, cuyo tiempo de germinación (según indica el empaque del vendedor, la marca “Vita” de origen francés)- es de 10-15 días. Las indicaciones incluyen instrucciones de siembra tales como: sembrar en maceta o caja de siembra, en filas distanciadas 20 cms entre sí, apretar bien la tierra, etc. Pero para fines prácticos, dispuse dos semillas en un tubo de ensayo marcado como “Sujeto A” y otro par, en otro tubo distinto marcado como “Sujeto B”.



El sujeto A fue expuesto a una gota de Espíritu Universal, recogido en una noche de luna y el sujeto B, a una gota de agua de grifo. Ambos fueron puestos sin algodón y los tubos de ensayo fueron cerrados herméticamente con un tapón de goma. Al transcurrir 12 horas, pude apreciar como el sujeto A había germinado y mostraba un pequeño brote verde. Sin embargo, el agua mercurial había adquirido un color áureo, por lo que deduje que estaba “pudriendo” la semilla o bien, especificándose en el reino vegetal. Es decir, germinó pero NO se desarrolló. Por su parte, el sujeto B no mostro ningún tipo de cambio, incluso, transcurridas 48 hrs. Pensé, que quizás el calor propio de la semilla y el Mercurio sumados al cierre hermético, habían producido un pequeño efecto similar al de los invernaderos y que esté había estimulado la germinación.



No conforme con este resultado, decidí repetir el proceso con más sujetos de control, para medir las variaciones entre una semilla y otra, así como las condiciones de su germinación. Para ello dispuse dos tubos de ensayo más y dos nuevos recipientes. Dos de ellos fueron expuestos a una gota de Espíritu Universal, uno cerrado y el otro abierto. Uno con algodón y el otro sin algodón. Y los otros dos en las mismas condiciones, pero con agua de grifo.



Para mi sorpresa el resultado se repitió. Las semillas expuestas al mercurio germinaron, pero no se desarrollaron, mientras que las otras se mantuvieron sin cambios. Fue entonces, que por sugerencia otro miembro del circulo, Albus Argentum, dispuse una semilla en un tubo de ensayo, con algodón, pero en lugar de exponerlo directamente a una gota de Mercurio, los coloque de tal manera que la semilla recibiera la influencia del espíritu sin tocarlo. Esto evitaría la especificación.

Para mi sorpresa, la semilla no solo germinó si no que también se desarrollo aceleradamente (recordemos que su proceso natural tarda de 10 a 15 días) y atrajo para si su propia agua del aire, como puede constar en las fotos. Es como si el espíritu universal contenido en el pequeño frasco, hubiera servido de imán y alimentara a la semilla sin consumirla. Caí en la cuenta de que quizás, cerrar herméticamente el tubo de ensayo fue un error, pues como dice el autor anónimo de la Carta de Aristeo: “La vida de las cosas es el aire y éste es pues, el principio de las cosas”.



Hasta aquí el experimento y la entrada. Sin la propia experimentación, la verdad o la mentira son dos escenarios posibles. Por lo tanto, exhorto a aquellos alquimistas que practiquen el verdadero camino de Hermes, a comprobar la veracidad de estas palabras. No se puede tratar de encontrar lo que se oculta en el horizonte, si uno no avanza verdaderamente. No pretendo convencer a nadie con este experimento, es decisión de cada individuo creerlas o no. El deseo, es solo compartir experiencias. 

Sin embargo, el testimonio queda, como una más de las pruebas alquímicas, que suman a la posteridad.


Roburus, Artista Hermético


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Felicidades Roburus. Es bien sabido que la alquimia acelera los procesos naturales. Das una prueba de la eficacia del EU en el reino vegetal. Que bonita experiencia. Ánimo para seguir adelante. De por sí el mercurio de los sabios es un auténtico milagro, es el gran putrefactor y, al tiempo, el gran regenerador de la naturaleza. Y no solo acelera sino que perfecciona como bien es sabido. Sin duda estamos ante un despertar alquímico. La Gran Dama está despierta, muy despierta...Abrazo grande a todos los hermanos del Arte.
Vasilius

Anónimo dijo...
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Unknown dijo...

P.L.

Muchas gracias por tu comentario, humildemente hacemos el esfuerzo para dar a conocer el verdadero Arte Real a los buscadores. Sobre tu pregunta: no existe una sola manera de "manifestar o condensar" el Mercurio, la técnica que mencionas es una de tantas, y se ha popularizado en diferentes círculos de alquimia hoy en día. La materia que fue utilizada para este experimento fue obtenida por este método, cierto, pero nos encontramos trabajando en otros también.

Unknown dijo...

Mi gran amigo Vasilius, muchas gracias por tus comentarios, es un honor poder recibir aliento de tu parte. Hay un renacer de la filosofía natural y nos ha tocado ser participes de ello. La historia escribirá con letras de oro, las hazañas de los alquimistas de este tiempo, para la posteridad. Recibe un abrazo fraterno.