"Dios es igualmente
autor de todo lo que se hace, ya sea por la vía de la gracia o de la
naturaleza; el orden natural que nos es tan familiar (y que no obstante tiene
el mismo principio) es tan admirable como el de la gracia, al que se le da el
nombre de sobrenatural y milagroso: no obstante, esta virtud que experimentamos
todos los días en la planta o en cualquier otro mixto, que cura por su
aplicación, es la misma virtud que opera en o por la palabra de Pedro o de
Juan, que hace milagros y opera la misma cosa, a la que se le da otro nombre…
Los antiguos
cabalistas la denominaron Metatrón;
Moisés parece darle el nombre de luz
y Platón la conoció sin duda, o al menos la quiso dar a conocer bajo el nombre
de alma del mundo; Virgilio la
expresó bajo el de spiritus intus alens,
y los sabios actuales parecen querer indicarla bajo el término de espíritu universal; y es lo que
propiamente debería ser entendido bajo el nombre de Naturaleza y que Hermes nos asegura que se corporifica en la tierra".
Jean Vauquelin des Iveteaux