Comentarios al tratado “Recreaciones herméticas”. Parte II


El azufre filosófico.
Preparación del Azufre u Oro de los Sabios, Oro Filosófico, Nuestro Sol.

Siguiendo las revelaciones que tan claramente expone R.H., continuaré con la tercera fase del Magisterio de Hermes, esto es, la consecución del Azufre filosófico, el Macho, Tintura o Aceite.
El tratado nos indica la manera de proceder a la extracción de la segunda materia con la que debemos casar nuestro Mercurio:
“[…] Entonces tomaréis pues todas vuestras tierras provenientes de las águilas y procederéis con ellas mediante nuevas imbibiciones con el espíritu astral, hasta que enrojezcan y lleguen a un color ocre. Es lo que los filósofos llaman la calcinación. El Mercurio disuelto y proyectado encima producirá la extracción de la Tintura, por medio de la cual podréis proceder al Matrimonio Filosófico que ocasionará la perfección de la obra y terminará los trabajos…”
De manera sintética, nos señala que el Azufre universal se extrae de las tierras que se separaron de las operaciones de las Águilas, y que se tuvo la precaución debida de reunirlas todas y no tirarlas. Sobre éstas se realizan las imbibiciones.
Para más abundar, dice R.H.:
“Esta Tintura es la corona del Rey, que debéis sacar de las cenizas […]. B.V. dice en su prefacio «que la corona del Rey sea de un oro muy puro» y por otra parte dice: «Es una corona sacada de las cenizas». El oro es esta tintura de la que hablamos y la ceniza es la tierra de las águilas que habéis puesto aparte”.
“Escolio 58º: En la ceniza, dicen los sabios, está encerrada la Diadema de nuestro joven rey; en la tierra restante, después de la extracción de la sal está el azufre”.
Solo para reafirmar esto, encontramos en el texto de Conversaciones del Rey Calid y el Filósofo Morien sobre el Magisterio de Hermes este pasaje, donde Morien o Morienus, ante la pregunta del Rey Calid acerca de qué lugar o mina se debe extraer el nuestra materia, el Sabio responde:
–Morien: “¿Qué necesidad hay de tanto discurso, oh, Rey? De vos se extrae esta cosa, vos sois la mina, pues se encuentra en vuestra casa, y para confesaros sinceramente la verdad, se toma y se recibe de vos. Y cuando la habréis probado, aumentará en vos el amor que sentís por ella. Tened la seguridad de que cuanto os digo es verdadero e indudable”.
Para proceder a su extracción, se utiliza el Mercurio mediante imbibiciones sobre estas tierras o Heces:
“También es necesario que sepáis que el Mercurio, que hace la extracción de esta Tintura, es llamado Agua seca que no moja las manos…”
“Escolio 59°: El azufre se manifiesta en esta tierra mediante su cocción con nuestro espíritu o fuego Secreto”.
Pero el autor aquí se guardó bien de precisar cuántas abluciones son necesarias a tal efecto. Pero si nos remitimos a la manera en cómo se preparó el Mercurio, podemos aplicar una analogía y determinar que también son imprescindibles no menos de 50 imbibiciones.
El resultado de este procedimiento será una sustancia aceitosa rojiza-bordó que flota sobre el líquido, que es nuestro Azufre u Oro Filosófico. Pero además, en la parte inferior, quedarán nuevas tierras. Éstas tienen que ser separadas con sumo cuidado y eliminadas, pues no son de ninguna ayuda, y más que entorpecerían todo el ulterior proceso antes que favorecer. Los sabios le dieron distintos nombres: Tierra maldita, Tierra Damnata, Tierra condenada, etc.
“Escolio 72°: Para tener esta Tintura de color sangre que es el oro solar, o el vinagre muy ácido, o espíritu de vino de Raimundo Lulio etc., hay que verter sobre la tierra roja el Mercurio filosófico a la altura de dos o tres dedos; entonces ella se separa despacio y flota sobre el mercurio como una Quintaesencia”.
 
Albus

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