Cuando
se llega a conocer cuál es el objeto en que se basa la búsqueda y el trabajo
alquÃmico, esa substancia tan especial y casi mÃtica, el Anima Mundi o Alma del Mundo, es de esperar que a la mente le cueste trabajo
creerlo del todo. Un fluido misterioso y milagroso que no necesita otra cosa
para llevarnos a la meta, del que se nos repite una y otra vez fue el ladrillo con
que se construyó el cosmos, y que se genera básicamente de la nada en nuestro
mundo sublunar mediante técnicas secretas. Se comprende por qué la duda y,
viendo esta situación, quise publicar esta entrada.
Junto
con los colaboradores del sitio presento estas fotografÃas. La primera es de mi
buen amigo Roburus, muestra un nitro solar generado en una tarde de trabajo. En
el fondo del frasco se pueden apreciar las pequeñas motas blancas, generadas
sin la utilización de imán alguno.
La
siguiente es de nuestro colaborador y amigo Agni.
Se aprecia el pequeño cristal del que se habla en A. C. H., al mismo no le hace
falta sino unirse con su nitro (fuera de la toma de la cámara) para resolverse
en aquella agua viscosa que no moja las manos.
Finalmente,
también de Agni, una fotografÃa de lo más emblemático. El lÃquido fue generado
literalmente de la nada tras meses de incubación, mediante un método conocido
por algunos filósofos contemporáneos. Como prueba de que el mismo es espÃritu universal en su estado de
pureza, menciono que el contenido del frasco se esfumó al contacto con la luz,
poco después de haber sido tomadas las fotografÃas.
Que
no quede duda, es posible, se ha hecho, se hace y se seguirá haciendo.