Análisis de la vía húmeda universal de Teófilo


En septiembre del año pasado se publicó aquí un análisis de la vía húmeda universalísima descrita por el filósofo Teófilo. Como se mencionó en otro artículo, ésta no es sino una entre varias que puede realizar el alquimista orientado al reino mineral. Habiendo sentado dicho precedente, me propongo esta vez analizar la vía húmeda universal descrita por este mismo autor, segunda en virtud y gloria después de universalísima.

Entrando propiamente en materia, el autor comienza su breve exposición mencionando que el término universal se acuña para diferenciar entre esta vía y la anterior universalísima. Nos dice Teófilo:

“[…] se llama a esta vía húmeda universal porque muchos filósofos, aplicando el método y doctrina de la universalísima a esta vía universal, confundieron entrambas. Principalmente atribuyeron a cierto sujeto o materia específica –señalada con el nombre de Electro mineral no maduro–, la primera naturaleza universal caótica y metálica, que es el sujeto de la vía universalísima”.

Podemos ver que esta vía llegó a descubrirse al momento en que varios filósofos, no logrando dar con el método de trabajo correcto, confundieron la materia prima de la vía universalísima con una substancia especificada, la cual el autor llama Electro imán no maduro. Éste electro imán no maduro ha recibido varios nombre muy conocidos en virtud de sus cualidades y de los principios que se obtienen a partir de él. El autor nos dice:

“[…] estando fundados los filósofos en la opinión de que la primera materia de los metales es la Sal, el Azufre y el Mercurio, por haberlos hallado en este sujeto específico mediante una artificiosa separación de sus partes superfluas y heterogéneas –segregadas a imitación de los antecedentes filósofos poseedores de la vía universalísima–, le retrogradaron o resolvieron en un ser líquido. Y como este sujeto específico no da de sí ningún metal perfecto, por esto le llamaron Masa caótica, Saturno de los filósofos y Padre de todos los metales”. 

Aquí Teófilo menciona que los filósofos extrajeron de esta substancia los tres principios que son la primera materia de los metales; esta extracción se llevó acabo dividiendo al electro imán no maduro mediante técnicas propias de la vía universalísima hasta resolverlo en su ser líquido básico. Y siendo que esta solución retrogradada es inferior en virtud a la primera naturaleza universal caótica no puede dar a luz por sí misma metales perfectos (oro y plata), pero aun así pude entregar los tres principios que son la substancia de los metales, se le llamó Saturno o Padre de los metales.

Por último y finalizando su introducción, el autor nos recuerda una vez más que debemos siempre distinguir entre esta vía y la vía universalísima; pero a la vez nos muestra qué gracias podemos alcanzar por el trabajo de separar y unir los principios en este método universal, a pesar de todo:

“[…] y aunque se nombra con el término de universal, y aunque con la artificiosa división son separables las primordiales y específicas substancias de sal, azufre, y mercurio; y que de ellas, preparadas según Arte, se produce la universal tinctura para los metales y la curación de las enfermedades; no por eso se debe confundir el otro sujeto de la vía universalísima; ni tampoco creer que sean ambos una misma cosa”.

Después de todas estas insinuaciones, Teófilo pasa ahora, al igual que en la vía anterior, a describir el proceso práctico que ha de llevarse a cabo. Aquí parafraseo las indicaciones junto con comentarios de nuestro colaborador Albus:

1.      “La práctica genérica de esta materia o sujeto indicado por el nombre de Electro mineral no maduro, se reduce a que se separen de él los tres principios de sal, azufre y mercurio”.
Requisito ineludible en las vías universales: la Única materia prima de la que se vale, debe ser capaz de poder ser dividida en los 3 Principios Filosóficos o espíritus constitutivos o Materias del Arte, que no dejan de ser Una sola, como reza Hermes en la Tabla Esmeralda. 

2.      “Separados los principios, se purifican”.  
Esto es, luego de haber sido trabajada la materia, y liberado los Principios que la componen, se deben purificar varias veces. La existencia de flema, tierra damnata, azufre malo o corrupto, impide la posterior Conjuncion de nuestras Materias y consecuente fracaso de la Obra. No endilgar la culpa a la Naturaleza cuando se debió proceder con la máxima cautela teniendo la oportunidad en el debido tiempo del proceso no solo es signo de sabiduría, sino de madurez personal.  

3.      “Con las debidas digestiones y destilaciones, se unen en un ente líquido ponderoso, lácteo o como leche, diáfano, semimetálico y que moja las manos”.
Digestiones, destilaciones, imbibiciones, cohobaciones, abluciones, congelaciones, soluciones, rectificaciones, sublimaciones, empapados, etc, y otros tanto nombres que recibe esta fase operativa del proceso solo indican una Disposición: Solve et Coagula, como manda la Tabla Esmeralda. No se requieren otras, porque la técnica de trabajo es solo Una y suficiente.
El buen resultado de la aplicación de esta operación conduce ineludiblemente a la obtención del Alkhaest, nuestro Disolvente Universal, agente capaz de penetrar y disolver los metales de manera Filosofica y NO vulgar, como lo haría un ácido o álcali, retrogradando los metales a su Primer materia y separando las impurezas que lo aquejan. Se dice aquí que se prepara el “baño del sol y la luna”, o la fuente que contiene la sangre de los Inocentes y donde se sumergen el sol y la luna.
El texto dice: “diáfano, semimetálico”, para indicar con esto que el Mercurio exaltado puede adoptar una forma líquida pero también cristalina y transparente.
En particular, pero precisamente, aquí es donde se indican las “Águilas” de Filaleteo, para indicar que se debe sublimar (purificar) el Mercurio producido tantas veces como sea posible (no más allá de la 9na águila) para que actúe sobre los cuerpos. 

4.      “Dándole la debida porción de oro y adelantada decocción, según la doctrina de los filósofos, dará la tinctura filosófica”.
Con el Disolvente Universal en mano, o Acido Acérrimo, o Leche de la Virgen, vertido sobre los metales nobles previamente purificados sea por antimonio o copela, según se trate de sol o luna vulgares, el mero contacto producirá la putrefacción de éstos y su disolución. Un ennegrecimiento y posterior decadencia de los cuerpos, que terminara por separar el Aceite o Azufre Metálico de cualquiera de ellos. Las noticias nos indican que el azufre del oro es un aceite color rojizo, que varía entre el color de sangre y el bordó. En tanto que el de la luna es de color celeste cielo y azul marino.
En definitiva: obtenemos el Macho, el Fijo, la Semilla de los metales, que es preciso reunir en matrimonio con el Mercurio, Hembra, Luna Filosófica, etc. 

5.       “La tinctura, por su orden, se puede multiplicar como la antecedente medicina de la vía universalísima”.
Ver el artículo anterior sobre la vía húmeda universalísima. 

Aquí termina la descripción sobre el trabajo alquímico sugerido en esta vía. Con esto doy por concluido el análisis a esta exposición de Teófilo, se espera sea de utilidad a los estudiosos del arte. Se espera que en las próximas semanas se analice la vía húmeda menos universal.  

Gracias