El Secreto de la Sal Solar


“El que trabaja sin sal tensa un arco sin cuerda”


Los verdaderos filósofos estarán de acuerdo en que la obra de la naturaleza no es otra cosa que el espíritu universal que se hace visible y tangible cuando se une al elemento tierra y coagula en una sal, que está destinada a la generación, crecimiento y preservación de todas las cosas. Se le ha llamado Sal astral, Sal celeste, Tierra Virgen, Corpora, Pulvis Solaris y muchos nombres más. 

Sin embargo, son escasas las referencias que existen acerca de esta vía alquimica, pues parece no haber información más allá de citas perdidas en antiguos manuscritos. Magophon (Pierre Dujols) la menciona en su texto Hypotypose:
“Ciertos autores, y no de los menores, han pretendido que el más grande artificio operatorio consiste en captar un rayo de sol, y aprisionarlo en un frasco cerrado con el sello de Hermes. Esta imagen grosera ha hecho rechazar la operación como una cosa ridícula e imposible. Y sin embargo, ella es verdadera al pie de la letra, a tal punto que la imagen hace cuerpo con la realidad".  
Y Paracelso en su Libro de las Paradojas, nos regala otra pista:
“Sabed que los rayos del sol no son más que sal en una primera materia… El hecho se produce además por la virtud que tiene el Espíritu de la Sal de congelarse o coagularse espontáneamente”.
Da la impresión de que los libros la ocultan deliberadamente y son contadas las veces que se le menciona de manera directa. Apenas un par de tratados lo hacen, y hasta hoy ningún adepto ha descrito el proceso. El texto Hyle & Coahyl de Elias Muller, el Arcana Divina de autor anónimo o el Artificio V, atribuido al jesuita Francesco Lana de Terzi y comprendido en el Magisterium Naturae et Artis, son los más claros al respecto. Pero debido a una deficiente traducción de las obras disponibles en la web, se han perdido u obviado detalles importantes que dificultan las labores.




En los textos citados, se habla de máquinas solares, espejos, lentes y lupas, pero todos ellos son apenas insuficientes si no se reúnen las condiciones necesarias para lograr la fijación de los rayos de sol. Hacer incidir un haz de luz sobre un cristal, como se ha popularizado actualmente en algunos sitios de Alquimia, es un esfuerzo inútil si se desconoce el imán secreto. ¿Cuál es este imán? La luz es el vehículo magnético de la sal, pues ella misma no es otra cosa que luz vuelta forma. Por ello,  quien quiera aventurarse en los caminos de la vía solar, tiene, por principio de cuentas, entender que es y cómo se comporta la luz. Comprendiendo esto, la sentencia de los sabios: "Nuestro imán es de la misma naturaleza que nuestro Acero" cobra un nuevo significado. 

El secreto de su manifestación consiste en condensar, mediante el arte y de manera progresiva, el fuego solar por el fuego secreto de los Adeptos, para formar una materia de la misma sustancia que la luz. Un espíritu ígneo corporeizado.

Quizás, esta es la primera fotografía real del nitro solar que se expone públicamente. Su manifestación fue posible gracias a condiciones geográficas y climáticas excepcionales, pues de otra manera es prácticamente imposible. La Sal Celeste no puede ser conseguida en climas fríos, el sol es su padre y por lo tanto, solo cuando luce con toda sus fuerzas nos la da. "Un sol de justicia" como le llamaban los antiguos alquimistas Españoles.

Finalmente, para el buen observador y filósofo verdadero, aquellas imágenes que rondan la red, donde se observan grandes cantidades de sal apareciendo mágicamente dentro de un matraz al cabo de unas horas, son meramente descriptivas y no coinciden con la realidad. La sal solar es muy volátil y sutil, tanto, que el más leve viento puede hacerla desaparecer y su manifestación jamás se logra en grandes cantidades dado que apenas una ínfima parte puede ser atrapada directamente de la luz. Las labores de recolección son arduas y las cantidades son pocas. Un verdadero trabajo de Hércules, pero muy digno para el artista que desea recorrer una de las vías más secretas del Magisterio de Hermes.


Esta sal esta llamada a ser la semilla de los metales y por lo tanto, a alcanzar, claro está, el rojo de la perfección. Quizás, en otros tiempos, nos atrevamos a mostrar los alcances de esta ciencia y comentar un poco más acerca del proceso.
Los sabios no ignoraron que la luz ejerce un efecto sobre los cuerpos, transformándolos. He aquí, pues, cumplidas las profecías de los alquimistas de la Edad Media: los rayos de Sol embotellados.


Revista La Luz, 1882

Roburus 
Artista Hermético
 

3 comentarios:

Albo Argentum dijo...

Excelente entrada Amigo mio!
Que bueno es leerlo.
Es todo un gusto tenerlo en nuestro Circulo.
Un saludo cordial y un abrazo a la distancia.

havenyin dijo...

Creo que este es el verdadero camino para conseguir la piedra, juntando las dos sales opuestas que surgen de la luz del sol. Muchas gracias por compartir esta sabiduria.

Anónimo dijo...

Pequeños corpúsculos que inclusive lo atraviesan todo, creando la red universal. JH.